Y esa “preguntica” a veces tan incómoda y tan persuasiva y tan oprimente y tan poco objetiva de lo que realmente refleja el estado de éxito o no de alguien. No voy a jugar a golpear a la pared (Para que se me devuelva el pelotazo) con esta pregunta, es que cómo defines si alguien es exitoso o no…acá va mi teoría:
Hay un éxito instantáneo (Igual que la felicidad), que para mí está asociado con todas aquellas riquezas materiales, mundanas y apegos sin sentido que aprendes a coleccionar en este paso por la tierra, me explico: estudiar, casarte, comprar una casa, viajar por el mundo, formar una familia (con mascotas incluidas), profesar un credo, separarte y encontrar (nuevamente) al amor de tu vida, trabajar, ejercer como CEO de una importante organización, practicar (con “éxito”) algún deporte, tener muchas y sustanciosas relaciones interpersonales, ejercer tu profesión de una manera digámoslo intachable, tener una cuenta de ahorros “pechonchita” que te permita acceder a ciertos lujos y caprichos propios de la edad…sí, a todas las actividades enlistadas anteriormente y adicionándole otras que muy seguramente he pasado por alto yo las podría relacionar de alguna manera con el éxito.
Pero y ¿Dónde dejo a mi mente? ¿La he olvidado completamente? Es que ¿Ella no trasciende conmigo?, tan inherente está a mí que ni siquiera la considero en mi escala de valoración del éxito?; entonces ese es mi punto de partida: hay algo (llámese mente, alma o corazón) que me acompañará por muchas vidas y que irá evolucionando conmigo a lo largo del tiempo, y es precisamente en “eso” (Que para mí es la mente) en lo que debo concentrarme para cultivar lo que a mi mejor entender es el éxito.
Entonces ya le di cabida a la mente, ahora le doy cabida al balance, pero no al balance físico, no al balance entendido en el tiempo y el espacio, es un balance muy inter galáctico -entiéndase intergaláctico como propio de cada persona y acorde con su trascendencia en el universo-. El éxito que cada uno de nosotros considere, será la regla con que cada uno medirá la calidad de su propia vida…Cuando empiezo a percibir ese balance me invade una sensación de serenidad y de realización y se refleja en todos mis estados emocionales, es decir que puedo ser exitosa aún en medio de la más grande tristeza o dolor o carencia de riqueza.
Es imperativo sacarse de la cabeza los moldes que adornan una vida exitosa, estos son sólo apoyos auxiliares que permitirán facilitar mi paso físico por este mundo; pero luego, yo seguiré cargando mi mente con todas las marañas que dejé pegarme acá. Es por esta razón que se me hizo estrictamente necesario (Desde hace como 4 años) entrenar mi mente, entender que hay un estado mental que conduce al florecimiento de este balance; entender que la ira, el odio, los celos, la envidia, la arrogancia, la codicia, invaden la mente como una reacción en cadena, y que si concentro mi mente en sólo tener bienes materiales o en abarrotar mi vida de actividades compulsivas, nunca, pero nunca me voy a sentir exitosa, es más: nunca voy a ser exitosa.
Es el hecho de estar consciente…es entender e interiorizar que dos condiciones conscientes no puede pasar al mismo tiempo por la mente, o escojo el odio o escojo el amor, pero las dos al tiempo no van; es entender también que disfruto de placeres mundanos (Como la mayoría de esta raza humana) pero que no me baso en ellos para determinar mi vida ni sobre ellos calculo o mido mi ración de éxito.