MI DOCTRINA PERSONAL

Es importante empezar por decir que Yo no profeso ningún credo. Mi senda espiritual tuvo su proceso de iniciación consciente hace algún tiempo cuanto tuve la oportunidad de habitar un templo tibetano en inmediaciones de Kanchanaburi (Pequeña población al sur oeste de Tailandia). Y  fue allí donde descubrí que el Budismo era sin lugar a duda aquella disciplina personal que, bajo mi concepto más se acercaba a lo que yo creía y sentía acerca de ese Dios que aprendí a conocer en iglesias católicas los domingos a las diez de la mañana.

Con el transcurso de los años y tomando como punto de partida esa exquisita experiencia he venido leyendo e investigando acerca de este tema; no pretendo “vender o promocionar” ninguna religión, por el contrario voy a escribir para ver dentro de mi ese reflejo espiritual que, en medio de confusiones y situaciones de temor yo misma tiendo a distorsionar.

Sin catálogos, ni instructivos, ni tutoriales de YouTube…simplemente puedo decir que en términos religiosos mi doctrina se trata más de una disciplina personal y de un balance entre el cuerpo, la mente y el alma. La práctica de la meditación casi diariamente ha pulido factores determinantes en mi forma de ver las cosas, ahora soy más paciente, más pensante, ahora he aprendido a fluir con mi mente, ahora soy más abierta a todas las conexiones que existen a través de las experiencias que he vivido; hoy he aprendido a agudizar la percepción de mis sentidos.

Uno que otro año practicando la disciplina del desapego…dejando de llenar vacíos para habitar espacios…viviendo en armonía el ciclo continuo de mi camino; haciendo a un lado el miedo, porque finalmente si no hay apegos no hay temor de perder, entendiendo que cuando como: como y cuando duermo: duermo, desprendiéndome de mil ocupaciones al tiempo y concentrándome en el hoy y en el ahora.

Esto de la vida es simplemente un pequeño pedazo de nuestro ciclo, definitivamente creo en la reencarnación, creo en el renacimiento, creo en una vida después de la muerte, creo en la evolución; la muerte es un paso más, también creo que en este mundo occidental donde nací el tema de la muerte es un tabú que representa temor, miedo y angustia; por el contrario, para mí los que se mueren sencillamente se nos adelantaron a nosotros los terrenales…cuando alguien se muere procuro brindarle toda mi energía para que tenga un excelente y provechoso viaje a lo que sigue, es decir que no, no le temo a la muerte.

Aprendiendo a dominar mi mente, a no desperdiciar su infinita energía en enojos y a explotar su capacidad de discernir…Y finalmente descubriendo que un corazón abierto es una mente abierta, que este es un paso más del camino que me está llevando a la iluminación.

Todo el tiempo vivo despierta, en medio de constantes cuestionamientos, abriendo espacio tanto al camino como a la meta y entendiendo que mi vida es una matriz de causas y efectos y que mis acciones, palabras y pensamientos se convertirán en mi futuro.

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