Y se lo he dicho a mis amigos más cercanos, a mis familiares, a Chiri y a mí misma en muchos momentos!!! En este punto de la vida todo vale!!!! Y a qué me refiero cuando digo que todo vale, bueno mis queridos lectores, acá despliego esa lista para su información:
- Porque es que uno cómo que no está muy decidido a tener hijos y a cambiar pañales y a andar con la cartera (Que de por sí ya pesa y estorba) y una maleta que tienen una tela como “acolchada” y de la cual rebosan babas y vómito…y por esa objetiva determinación antes ese oscuro panorama: Vale ser la tía, la tía que ven cada 8 días y de la cual se enamoran perdidamente, extraviarse en sus ojos y en sus manos y en sus pies y en su vómito, y en el pañal cagado y en el babero con olor rancio…pero una sola vez a la semana es suficiente, por eso todo vale con los sobrinos.
- Porque me fui de la casa pero cuando me deprimo llamo y ahí están mis papás, con una ida al centro en Transmilenio, con una piña del líchigo de la esquina, con un pedazo de carne preparado por mi papa y un infaltable jugo de naranja dulce y fresco preparado por mi mamá un domingo en la mañana…Vale la pena todo lo que ellos tengan para mí, todo vale cuándo eres la hija soltera, independiente pero aún consentida.
- Todo vale en esa noche de tragos, cuando me perdí en una vaso de cualquier bebida alcohólica y decidí llevar a un man a mi cama y tener un buen sexo…y sí, a esta edad Todo vale!
- ¿Conocer a alguien y enamorarme por enésima vez? ¿Después de tanta traga en mi vida? Si, también lo hago. Me trago, me ilusiono, siento, me desilusiono, escupo, vomito, lloro y ya está! ¿Que sería lo peor? No haberlo intentado, ¿no?. A estas alturas de mi vida no me desestabiliza un desvío de llamada o el chulo azul de WhatsApp un domingo por la tarde sin ninguna respuesta.
- Pero así mismo como Todo vale para la traga, también todo vale para des tragarse, sobre todo la practicidad, la autonomía y el amor propio.
- Suelo irme de paseo de manera espontánea y fluida. Vale pagar hotel 5 estrellas, vale “mochilear” por Cusco en compañía de algún ruso gigante, vale comer los mejores platos y los más extraños, vale dormir sola en un aeropuerto, vale gastarse la plata de un año de trabajo. Vale todo para empacar y abandonarse en cualquier medio de transporte y perderse y ensimismarse hasta embriagarse del ambiente y de mi misma.
Y porque todo vale en este momento de mi vida, puedo decir que en este preciso momento no quiero casi nada. Tan sólo la ternura de un amor y la compañía de mis amigos. Unas cuantas carcajadas y unas palabras de cariño antes de irme a la cama. El recuerdo dulce de mis muertos. Un par de árboles al otro lado de los cristales y un pedazo de cielo al que se asomen la luz y la noche. El mejor verso del mundo y la más hermosa de las músicas. Por lo demás, podría comer papas chupi chupi (Preparadas por la Señora Mamá) y dormir en el suelo mientras mi conciencia esté tranquila. También quiero, eso sí, mantener la libertad y el espíritu crítico por los que pago con gusto todo el precio que haya que pagar. Quiero toda la serenidad para sobrellevar el dolor y toda la alegría para disfrutar de lo bueno. Un instante de belleza y de gratitud a diario. Echar de menos a los que tengan que irse porque tuve la suerte de haberlos tenido a mi lado. No dejar de sorprenderme de nada. Seguir llorando cada vez que algo lo merezca, pero no quejarme de ninguna tontería. Y que el día que me toque esfumarme, un puñadito de personas sienta que valió la pena que yo anduviera por aquí. Solo quiero eso.
Y si todo vale tanto para ustedes como para mi: los invito a concentrarse y a dedicarse a disfrutar la vida como venga, a vivir el estado presente y consciente, a aprovechar tanto los malos como los buenos momentos. Absolutamente todo va a dejar conocimientos, experiencias, vivencias…así que no tiene nada de malo a estas alturas del partido apostárselo a todo con toda, porque sólo existe este chance.